Frágiles palos sirven de puente. Calles de polvo agrietadas. Suelo que poco a poco ceden y cableado eléctrico en condiciones críticas. Así pasan los días quienes viven en la cooperativa María Auxiliadora dos en el noroeste de Guayaquil. Marcelo Loayza, uno de los 400 moradores del lugar, dice que son víctimas de los traficantes de tierras.Otros vecinos hablan de la gran estafa. Cada terreno tenía hasta cuatro dueños. A Carmen Zambrano le dieron escrituras falsas por los que pagó altas sumas.
Noticiero Teleamazonas
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